Aquel barrio era el feudo de mi familia paterna. Mi abuelo Antonio y sus hermanos Timoteo (+) y Antonino, los Torres Remón, ocupaban las 3 únicas casas que hay frente a la parte Este de la ermita. También era suya una pequeña casa, ya desaparecida, que aprovechaba la fachada oeste de la ermita. Además las 4 viviendas de la izquierda, antes de llegar a la ermita eran de primos de mi abuelo: de la tía Felicitas Torres, la de Guzmán , la de Paula Torres y la del tío Epifanio Torres. Todas ellas hoy deshabitadas al igual que la mayoría de todas las de esa calle. De entonces recuerdo la cantidad de jóvenes adolescentes del barrio: Justo, Baltasar y Federo, mi tío Paco, los mellizos Blas y Manuel, Mariano y Matías, Donato Torres, Mariano el de Simona , Pedro y Juan José.....Me gustaba ver lo que hacían ellos pero jugaba más con los pocos que había de mi edad como Casimiro, Paco del Campo, y los. nietos de la tía Adelaida cuando venían por allí.
La tía Adelaida Soriano tenía su casa adosada a la fachada Norte de la ermita y era su guardesa. Era muy amiga de mi abuela Elvira y, un año, el dia de la Virgen del Molino, nos llevó andando hasta allí, 6 km de ida y otros tanto de vuelta.Recuerdo que nos invitó a una " orangina".
De aquellos años y de aquella calle tengo grabadas en mi memoria: las matas de lentejas tendidas al sol y las faenas de mi abuela para cosecharlas; la veo tambien escarafollando y preparando las cebollas para plantar el zafran; recuerdo a Federo o a Baltasar desgarrando raíces de alfaz para dar de comer a las vacas; a las mujeres recoger los moñigos de las numerosas caballerías que pasaban, para luego mezclados y amasados con salvado preparar la pastura de las gallinas, que muchas veces campaban por la calle y por las eras y campos próximos.
La tía Adelaida Soriano tenía su casa adosada a la fachada Norte de la ermita y era su guardesa. Era muy amiga de mi abuela Elvira y, un año, el dia de la Virgen del Molino, nos llevó andando hasta allí, 6 km de ida y otros tanto de vuelta.Recuerdo que nos invitó a una " orangina".
De aquellos años y de aquella calle tengo grabadas en mi memoria: las matas de lentejas tendidas al sol y las faenas de mi abuela para cosecharlas; la veo tambien escarafollando y preparando las cebollas para plantar el zafran; recuerdo a Federo o a Baltasar desgarrando raíces de alfaz para dar de comer a las vacas; a las mujeres recoger los moñigos de las numerosas caballerías que pasaban, para luego mezclados y amasados con salvado preparar la pastura de las gallinas, que muchas veces campaban por la calle y por las eras y campos próximos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario