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lunes, 27 de abril de 2020

CHARRAR.

Aquel muchicho paraba cuenta de que,cuando venían, los folasteros charraban de otra forma, por ejemplo los cazadores y veraneantes valencianos del ¡che!, portalá, gos..........Venían también otros más  finolis  que decían "hemos acabado" en vez de "imos acabau".
En los libros de la escuela, en el cine, en los tebeos leía y escuchaba frases y palabras que él y sus padres,abuelos, muchichos y vecinos no utilizaban. Allí al pozal le llamaban cubo; a la sangartesa lagartija; a la govanilla muñeca; a los pitones canicas; al aljez yeso; al moquero pañuelo; y así muchas cosas eran nombradas de forma diferente.
Más tarde comprobó que palabras de uso corriente en su pueblo, les sonaban raro a otras gentes: No habían oido nunca insultos como ababol, abanto, bubuto, pánfilo, zanorio.....Tampoco habían comido tortos, mangranas, güeñas, somarro, liviano, pencas, magra, garrofas.....
Ahora pasados los años y de vez en cuando le vienen a la cabeza palabras que le traen recuerdos de aquella infancia lejana: laminero, escaparrar, zaica, cenicilla, guijas, enguizcar, golica, rosca, encanar, raidera, ciemo, Reino, Chispa, corbella, estajar, vispra, jasco, trul, zaumete, escarafollar, traudes, piuques, tomarro.....



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