Para aquel muchicho los pobres eran los forasteros que iban por las casas pidiendo. Mucho más tarde supo que también eran más o menos pobres la mayoría de sus vecinos y su propia familia.
Pobres era las mujeres que iban a espigar detrás de los segadores, las que recogían los moñigos de las caballerías y, añadiendo salvao, hacían pastura, para las gallinas. Pobres eran los y las que en el mes de noviembre subían al monte a coger bellotas para ellos y para los cochinos. Las que en primavera cogían yerbas para los conejos o cardillos para la cena. Y los que segaban la hierba de los ribazos para la mula. Pobres eran las que fregaban de rodillas en casa de los ricos a cambio de un espaldar de tocino o una talega de trigo.
Pobres eran los criados que trabajaban todos los días del año y toda la vida para un amo. Pobres eran también los que no tenían otras tierras que las 4 parcelas salitrosas del prao y las 2 yubadas pedregosas y encosteradas del monte que les proporcionaba el Ayuntamiento y que además trabajaban tierras a medias o a la tercería y les daban la mitad o los 2/3 de la cosecha a sus propietarios.
Eran más o menos pobres, eran más o menos felices.
Vistas de página en total
miércoles, 25 de marzo de 2020
lunes, 16 de marzo de 2020
MI TÍO PACO
Era el pequeño de los 6 hermanos. Nació en 1947 cuando el mayor, mi padre, estaba en la mili, en Melilla. Se llevaban más de 21 años. Cuando volvió licenciao y lo vió gatear por la casa le dijeron,en broma, que era de Emerenciana, la vecina.
Me llevaba poco más de 4 años. Me gustaba estar con él. Lo buscaba en el recreo de la escuela y a la salida me iba con él a su casa a comer o merendar. Mi abuela, su madre, me preguntaba por la mía y siempre le decía que estaba lavando, fuera o no cierto.
Me hacía rabiar constantemente y cuando la abuela oía mis quejidos le gritaba:
– ¡ Ostianica ! ¡ Deja al muchicho ! Un día de verano cuando haciamos la siesta me tapó la respiración con la almohada y empecé a bracear y garrear, dándole al cuadro del ángel de la guarda del que cayó un lluvia de billetes verdes. Habrían vendido el azafrán o los corderos recientemente.
Todos los críos temíamos nuestro mote. A el le llamaban " Conejo". Siempre pensé que era por parecerse al roedor, pero no hace mucho deduje que ese mote estaba relacionado con el de su padre y mi abuelo Antonio " el cono". Paco, el Cono pequeño, "el Conejo".
Me llevaba poco más de 4 años. Me gustaba estar con él. Lo buscaba en el recreo de la escuela y a la salida me iba con él a su casa a comer o merendar. Mi abuela, su madre, me preguntaba por la mía y siempre le decía que estaba lavando, fuera o no cierto.
Me hacía rabiar constantemente y cuando la abuela oía mis quejidos le gritaba:
– ¡ Ostianica ! ¡ Deja al muchicho ! Un día de verano cuando haciamos la siesta me tapó la respiración con la almohada y empecé a bracear y garrear, dándole al cuadro del ángel de la guarda del que cayó un lluvia de billetes verdes. Habrían vendido el azafrán o los corderos recientemente.
Todos los críos temíamos nuestro mote. A el le llamaban " Conejo". Siempre pensé que era por parecerse al roedor, pero no hace mucho deduje que ese mote estaba relacionado con el de su padre y mi abuelo Antonio " el cono". Paco, el Cono pequeño, "el Conejo".
martes, 10 de marzo de 2020
ALSASUA
Finales de los 50 y primeros de los 60 fueron años de fuerte emigración. De aquel pueblo salieron muchas familias enteras hacia Canada, Francia, Valencia, Zaragoza, Barcelona.....
También emigraban a Francia decenas de temporeros, a la escarda de la remolacha. Salían a finales de abril con ropa limpia y comida, y volvían cansados y satisfechos al cabo de unos 40 días de destajos.
Iban en tren. Pasaban por Zaragoza camino de la frontera de Irún y atravesaban toda Francia hasta el Norte y alrededores de París.
A la vuelta regresaban muy contentos con sus perricas y con ganas de reencontrarse con la familia y la vida de siempre.
Celebraban el regreso con comida y bebida . En una ocasión, al llegar a la estación de Alsasua (Navarra) ya escaseaba la bebida y A. bajo del tren, al avituallamiento, con tan mala fortuna que el tren reanudó la marcha y el servicial A. se quedó en tierra.
Éste ocurrido fue muy comentado en el pueblo por sus compañeros de fatigas, y algunos, jocosamente le apodaban después "Alsasua". Éste mote no prosperó a la larga. Tuvo más fuerza el que ya tenía de su familia, el de siempre.
jueves, 5 de marzo de 2020
LES TIRÓ LA CASA LA AVIACIÓN.
En los años de la República mis abuelos paternos compraron el solar de la que sería su casa de la calle Vía Crucis, que formaba parte de un "Cerrao" propiedad de Ramona Rubio Olivas, (a) la Ramonica, casada con el que entonces era ministro de Marina: Vicente Iranzo Enguita, de Cella. Les dieron facilidades de pago y empezaron a construir su casica. Ya vivian en ella y casi la tenían terminada, cuando el 20 de abril del año 37, en un ataque de la aviación republicana o roja, la derribaron. La familia, excepto la tía María, durante el bombardeo se había resguardado en el Refugio por lo que no hubo desgracias personales. Sí que pereció la mula y no la tía María que se había quedado en casa. Era una parienta lejana de la abuela, sin apenas movilidad y muy mayor que habían acogido por el usufructo de sus parcelas municipales. El abuelo se lamentaba que hubiera muerto la mula y no la tía. ¡Pobre!
Este hecho fue muy significativo y duro para ellos y lo recordaron durante el resto de sus vidas.
Pero más duro sería para las 3 familias que perdieron ese día a un familiar, 3 hombres del pueblo que figuraron durante la Dictadura al final de la placa de la fachada de la Iglesia como Caídos por Dios y por la Patria, uno de ellos Urbano Sebastián Blasco, el padre del catedrático de Arte Santiago Sebastián Lopéz.
El tío J. V. había comprado otros 3 solares contiguos al del abuelo y al ver las ruinas de la casa, le propuso al administrador de la Ramonica que era el abogado D. Cosme Gómez Iranzo, futuro alcalde de Teruel, lo siguiente:
-Que puesto que estos pobres hombres no habían terminado de pagar el solar y que nunca lo podrían pagar, que él se lo compraba.
La respuesta del abogado se les he oído muchas veces a mis abuelos .
- No hay que hacer leña del árbol caído.
Les prorrogó los plazos de pago y siempre le estuvieron muy agradecidos por ello.
Coincidencia, ese mismo día 20 de abril de 1937 la aviación alemana o nacional bombardeo Guernica.
domingo, 1 de marzo de 2020
HACES MAS RASTROS QUEL TIO SALVADOR
" Haces más rastros que el tio Salvador" nos decían cuando nos reñían porque habiamos hecho alguna trastada.
En aquellos tiempos no sabía quién era ese tío Salvador tan malo y tan revoltoso.
No hace muchos años me enteré que el dicho se refería al tío Salvador Elena, abuelo de los propietarios del cine, Ramón, Piedad y Porfiria Elena. Ésta última explicaba cuando oía este dicho que su abuelo ni era malo, ni hacía trastadas. Si que hacía muchos rastros pero eran rastros de madera para recoger la hierba o para replegar la parva. El tio Salvador era carpintero.
En aquellos tiempos no sabía quién era ese tío Salvador tan malo y tan revoltoso.
No hace muchos años me enteré que el dicho se refería al tío Salvador Elena, abuelo de los propietarios del cine, Ramón, Piedad y Porfiria Elena. Ésta última explicaba cuando oía este dicho que su abuelo ni era malo, ni hacía trastadas. Si que hacía muchos rastros pero eran rastros de madera para recoger la hierba o para replegar la parva. El tio Salvador era carpintero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)