Vistas con los ojos de aquel muchicho, las casas le parecían normales. Hoy saltan a la vista las numerosas deficiencias de higiene y habitabilidad comparándolas con las actuales viviendas :
La única calefacción era el fuego bajo de la cocina en el que hervía el puchero de la comida y se cocían patatos para el cochino. En aquella época se empezaron a poner cocinas económicas fabricadas por Francisco Errazu y estufas y serrineros.
No había agua corriente en las casas y los únicos grifos que conocíamos eran los de las cubas. Iban a por el agua a la "zaica" cuando pasaba, o al pozo Carraconcejo si salía. En caso contrario la sacaban del pozo que tenían casi todas las casas para los animales. Sabía rara como a metal del pozal o que sé yo.
Ni que decir tiene que las necesidades evacuatorias las hacíamos en el orinal,en las cuadras de las ovejas o de la mula cuando era de noche o hacia frío. En el buen tiempo lo haciamos en el corral acompañados de un palo para alejar a las gallinas.
Los baños eran en el balde, de Pascuas a Ramos, y el lavado del gato era lo que nos hacían para mandarnos a la escuela.
Lo peor era meterse a dormir en invierno entre las frías sábanas. Para paliar el frío metían la bolsa de agua, o el ladrillo caliente como hacían las abuelas.
En invierno, al amanecer, aparecían los cristales de la ventana con el vaho congelado.
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jueves, 23 de enero de 2020
sábado, 4 de enero de 2020
¿ USTEDES GUSTAN ?
No sé si sería una mala costumbre, o es que tenía hambre de verdad porque por la noche no cenaba o lo hacía en poca cantidad, pero lo cierto es que lo primero que hacía cuando me despertaba era gritar a mi madre : - ¡¡ Dame algo !! - Y me traía pan con chocolate o tortos o un bocadillote que me comía en la cama medio dormido.
Recuerdo que iba a casa Constantina, al Barrio Nuevo, con una lechera y me traía medio o un litro de leche de vaca que al hervirla producía mucha nata. Algunos días había flanes o natillas. Recién paridas las vacas, nos daban calostros.
No existían panaderías en el pueblo, había 2 hornos, uno privado y otro público,a los que cada mujer llevaba su pan a cocer. Amasaban cada semana o cada dos. Ese día se pasaban toda la madrugada en la artesa preparando la masa. La ponían al calor de la lumbre para que fermentara. Era un buen día para los muchichos: comíamos pan tierno, recién hecho, y según días y genio de la madre: bollo de aceite o bollo de azúcar ( sequillo ) o bollo de pimientos o sardinas y siempre "torta de la raidera". En el mes de octubre bollo borracho, de uvas.
Además ese día, para desayunar teníamos tortas a la sartén: la misma masa de pan frita en aceite y espolvoreada de azúcar. Una exquisitez.
Otros recuerdos culinarios difíciles de encontrar hoy día: las gachas con tostones de pan frito y azúcar o miel ; los huevos crudos batidos con leche, agua o vino ; la morcilla de miel ; las sardinas saladas (civiles) ; el liviano; las roscas o monas de pascua ;la conserva del cerdo ; las sopas de ajo...…
Poco se compraba en las tiendas. Se comían vegetales y animales criados en casa. Autoconsumo.
Recuerdo que en casa de la abuela carnicera comía mucho liviano con ajos y cocido de tajos bajos de cordero u oveja. Las chuletas se las comían los funcionarios, guardia civiles y los ricos del pueblo. En casa de la otra abuela eran corrientes las lentejas con arroz. En mi casa lo que más recuerdo son las patatas fritas y los huevos.
La fruta era un artículo de lujo. A veces venían valencianos con camionetas de naranjas y mandarinas que cambiaban por patatas: 2 kg de patatas por uno de naranjas.
Recuerdo que iba a casa Constantina, al Barrio Nuevo, con una lechera y me traía medio o un litro de leche de vaca que al hervirla producía mucha nata. Algunos días había flanes o natillas. Recién paridas las vacas, nos daban calostros.
No existían panaderías en el pueblo, había 2 hornos, uno privado y otro público,a los que cada mujer llevaba su pan a cocer. Amasaban cada semana o cada dos. Ese día se pasaban toda la madrugada en la artesa preparando la masa. La ponían al calor de la lumbre para que fermentara. Era un buen día para los muchichos: comíamos pan tierno, recién hecho, y según días y genio de la madre: bollo de aceite o bollo de azúcar ( sequillo ) o bollo de pimientos o sardinas y siempre "torta de la raidera". En el mes de octubre bollo borracho, de uvas.
Además ese día, para desayunar teníamos tortas a la sartén: la misma masa de pan frita en aceite y espolvoreada de azúcar. Una exquisitez.
Otros recuerdos culinarios difíciles de encontrar hoy día: las gachas con tostones de pan frito y azúcar o miel ; los huevos crudos batidos con leche, agua o vino ; la morcilla de miel ; las sardinas saladas (civiles) ; el liviano; las roscas o monas de pascua ;la conserva del cerdo ; las sopas de ajo...…
Poco se compraba en las tiendas. Se comían vegetales y animales criados en casa. Autoconsumo.
Recuerdo que en casa de la abuela carnicera comía mucho liviano con ajos y cocido de tajos bajos de cordero u oveja. Las chuletas se las comían los funcionarios, guardia civiles y los ricos del pueblo. En casa de la otra abuela eran corrientes las lentejas con arroz. En mi casa lo que más recuerdo son las patatas fritas y los huevos.
La fruta era un artículo de lujo. A veces venían valencianos con camionetas de naranjas y mandarinas que cambiaban por patatas: 2 kg de patatas por uno de naranjas.
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