La cantina de BASILIO estaba en una casa pequeña y vieja, en el callejón de Santa Lucía. El muchicho la asocia con la jícara de cacahuetes que alguna vez comia. Acompañaban a pasar el vino que allí se servía. La de MARCELINO "el Chulo" también ocupaba una casa vieja al final de la calle de La Iglesia, antes de cambiarse un poco más arriba a las 4 esquinas de San Roque. En estas 2 tabernas se oía cantar, se
jugaba a la morra y a los chinos y muchos salían de allí dando tumbos.
Habían además 2 bares más: el de Gervasio en la Plaza y el de la Hermandad en la Carretera.
En el de Gervasio nos vendían laminurias a los muchichos: "pirulis" que eran unos caramelos cónicos recubiertos de galleta y sostenidos con una figurita de plástico para cogerlo como un chupa-chup. Costaban 2 - 3 reales. También comprábamos paqueticos de galletas-rosquillas que valían 1 peseta y en el que podía salirte un premio sorpresa,casi siempre una peseta en billete de papel.
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